08 agosto 2011

Historika II

Declaración de principios

El tiempo presente de los movimientos sociales tiene una relación inseparable de la memoria y de las expectativas. Juntos forman una unidad que define el por qué, el cómo y para qué de sus acciones, la historia de su identidad. Detrás de esta idea operan las imaginaciones y las experiencias colectivas e individuales. Bajo esta perspectiva el trabajo del hermeneuta cobra significado, si atiende al principio del cambio como una constante y observa que las acciones humanas sólo se parecen y no se repiten con exactitud.

El inicio del siglo XXI plantea el reto de incorporar las nuevas tecnologías de comunicación al campo de la investigación social, que entonces redefine sus metodologías y enfrenta los retos que otro tipo de documentos plantean al campo de la heurística. Las preguntas se conciben desde territorios que han adquirido otras fronteras o que son virtuales. Las condiciones de producción de sentido se han transformado

En la red podemos localizar informaciones generadas al día y encontramos testimonios antes inaccesibles. Sin embargo, ¿hasta qué punto el acceso a estos documentos alimenta la ilusión de un proceso de democratización del conocimiento?

A través de este medio podemos observar las contradicciones del mundo capitalista, las etapas de su debacle, la formación de contraculturas a escala mundial. Un lector experto puede hilar las evidencias, descifrar la historia del colapso de un modelo político y la emergencia apuestas por otro mundo.

Y entonces, si este sistema vive la fractura de su legitimidad, ¿por qué sigue operando? ¿Se trata de un problema de habilidades de lectura? ¿Vivimos las consecuencias de un programa de políticas educativas destinadas a la individualización, al analfabetismo de todo tipo, un acondicionamiento gradual a la injusticia?

La imaginación del hermeneuta puede encontrar en la poética desalineada otras rutas o por lo menos una más cercana a los sueños, que le permitan en efecto traducir el absurdo a públicos no expertos e inteligentes. Eso implica una revolución en el pensamiento del intérprete, un ejercicio de reflexividad.

Esta es una apuesta por la construcción de ciudadanías informadas y participativas. Más que eso, a la formación de nuevos hermeneutas.


Inicié un nuevo blog: Historika II

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