En el
desprendimiento, en la caída, hay cierto gozo. Mi risco, la
plenitud del vuelo. Antes de saltar observo el mar, la esperanza de
que un día me coman por fin sus olas. Conozco la libertad a través
de eso que parece muerte, eso que pierdo y deja de pesarme. Algo se me inscribe del viento, del ir y venir de las aguas entre las rocas. Del fuego,
ese que ardía. Siempre vuelvo, una parte de mí es un ave.
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