07 julio 2012

(Pausa: En un bar un grupo de amigos de otras aguas, coinciden en una mesa donde todos rien y se abrazan, se reciben con besos. Yo abrazo y beso, río. Contenta, ajena, presente, saludo. Río en una mesa de proyectos y amigos de otras aguas donde no hay guerra, no hay preocupación, no hay muertos. Lo que hay son ganas de fiesta posborder y reencuentros amistosos, un poco de nostalgia y acariciar una fotografía de una reunión que se repite. Y aquí no pasa nada, sino preparativos para y ganas de. Sin grandes contratiempos. Me despido, contentita de pasar por la fiesta posborder y por esas aguas que van y vienen, entre miradas sospechosas e incrédulas de personas felices que deciden no complicarse de más la existencia. Me da gusto y aprecio que haya distintas formas de vivir. Me despido, abrazo y beso. Agradezco el cariño).

¿Exactamente qué es lo que estamos defendiendo? Yo observo una imagen adentro de otra imagen adentro de otra imagen adentro de otra imagen y la centralidad de nuestra mirada occidental  moderna concluye que aquí muchos viven engañados. Ellos, los otros, los mismos de siempre, engañados por las trampas de los mismos de siempre. Ellos, los otros, los mismos de siempre, engañados. Entonces, si Yo soy Tú y Tú eres Yo: Nosotros, los mismos de siempre, engañados. Nosotros, Ustedes, Ellos: Yo, en el espejo.

Me pregunto una y otra vez: ¿Qué es lo que estamos defendiendo? ¿Por qué? ¿Por qué es razonable defenderlo? ¿Por qué debo defenderlo? ¿Qué papel represento involuntariamente o debería escribir: inconscientemente? Pausa, pausa, pausa. Si ese sistema de imágenes está diseñado para que Yo represente un papel involuntario e inconsciente, que no me reconoce sino cuando participo en el juego, ¿por qué debo jugarlo o representarlo? ¿Acaso legitimo un orden de imágenes que no me reconoce y defiendo como razonable que ese orden sea legítimo? ¿Necesito que ese orden de imágenes me reconozca? ¿Mi existencia necesita ser reconocida por él? ¿Por qué? ¿Por qué?

¿Quiénes son ellos, los otros, que venden su voto? ¿Dónde están? ¿Cómo viven? ¿Por qué son necesarios? Esta ingeniería política me da asco.

Los cesos me escucurren por el rostro. Me estoy transformando en otro tipo de animal  o en una mujer primitiva que atiende a su instinto y a la naturaleza, que da por verdad los sueños y la magia.

Ahí estaré en la calle, puntual. Con mucho amor. Iré con todo y mis preguntas, andaré con ellas hasta que las resuelva. Demando explicaciones y necesito buscarlas aquí, allá o donde quiera que pueda verlas o elaborarlas.

(Los primeros resultados de este momento político son unas ojeras profundas como nunca y un cansancio... grietas alrededor de mis ojos y mi boca. Y ojalá que los mayas tengan razón y estemos en el límite de este mundo.)





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