19 mayo 2013

Una antropóloga con su esposo y su hijo de año y medio se hospedan en mi casa desde hace varios días. Mi amiga hace posdoctorado en uno de esos institutos muy académicos y se ha convertido en una mujer que amamanta a un hijo planeado con el mismo cuidado que su vida académica. La morra dedica su tiempo a hacer sólo las cosas que le gustan, aquéllas, dice, que son importantes: estudiar el mundo vivo de lo simbólico en las comunidades indígenas del norte y las del sur de la frontera sur, cuidar a su hijo y llevar el dinero a casa.

El esposo se levanta muy temprano a ponernos café y a preparar el desayuno. Antes de salir de casa deja los trastes lavados, la cama tendida y el cuarto en orden. También es investigador, pero por ahora se dedica a cuidar al hijo y a la mujer. Hace las cosas con mucho amor y siempre anda contento. Su morrito se ve bien felizzzz.

Yo le quiero poner un monumento a este bato. Le digo a mi compa que le hagamos un grupo en Face o algo, pa' ver si se motivan algunos y agarran la onda.

2 comentarios:

Ariadna dijo...

chingón!!!
por los 3 y un poco por esta sociedad plagada de machismo nefasto

Miriam García Aguirre dijo...

¡Lo sé! Me siento muy contenta por ser testigo de esta relación. Esperanzada, digamos.

Hoy le platicaba a Itzel que habría que empezar a socializar las estrategias de convivencia entre las parejas que logran el equilibrio. Con un poco de fé le damos vuelta a la tuerca.

Abrazos Ariadna.
M.